Los primeros días
Día 1 Después de semanas de viaje, la caravana imperial, de unos 35 integrantes, avistó a lo lejos su destino. Al final de una vasta e inexorable sabana, naciendo tímidamente al borde de unas antiguas colinas, asomaba la jungla. Un extraño verdor después del seco amarillo de la pradera tropical. Los exploradores descubrieron dos cosas: una suerte de pueblucho construído en la linde selvática y unas extrañas cuevas artificiales en las colinas. Dos grupos fueron despachados, ambos volviendo satisfactoriamente: el primero, enviado a las colinas, encontró un antiguo espíritu oscuro atado allí, y lo eliminó, guardando las espaldas de la compañía. El segundo trató con los posibles "bandidos" asentados en la región, descubriendo que no eran más que exiliados del Imperio. Sorprendentemente, el hombre que hablaba por ellos, que se hacía llamar Kirk, accedió a unirse a la caravana a cambio de protección, trabajo y comida. Día 2 Al día siguiente, habiéndose ase