Introducción, 2ª parte



En la actualidad

Mil años han pasado.

El Imperio sigue en pie. Durante éste tiempo, nuevos territorios han sido anexionados, nuevas naciones han firmado el Pacto de los Pueblos. La filosofía, la religión y las creencias de la población están conformadas por una amalgama de ideas provenientes de todas las culturas, garantizando cierta paz y concordia social y cultural.

Pero no todo es un camino de rosas. Existen movimientos independentistas que desean la secesión del Imperio; potencias extranjeras pugnan por territorios cercanos a tierras imperiales, poniendo en peligro la seguridad de los ciudadanos; incluso algunas zonas, demasiado alejadas de la capital Imperial y de los soldados y protectores de la ley, se declaran "libres" del control imperial, y pequeños terratenientes y nobles de segunda se aúpan como "reyes" y "gobernadores" de comarcas y provincias enteras.

Además, los príncipes herederos han desaparecido, y el tesoro imperial disminuye cada día, raquítico por los pagos de deudas e intereses a poderosos bancos y prestamistas. El Trono está más débil cada día que pasa, el Emperador, cansado y desesperado por encontrar a sus hijos, comete más y más errores, y gana más y más enemigos.




Te has embarcado en una expedición imperial hacia la Frontera Norte. Ya sea por servir con tu obligación para con el Imperio, para hacerte un nombre y que juglares canten tus historias o, simplemente, por la promesa de riquezas, estás dispuesto a que esta oportunidad no acabe contigo muerto y olvidado. Piensas convertirte en un Héroe.

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